Los Hijos del Sur, Una apuesta por los Derechos en Usme




Hijos del Sur es un colectivo juvenil que viene trabajando en la localidad de Usme desde el año 2005, en procesos de formación artística y cultural, problemáticas medio ambientales y reivindicación de los derechos de niños, niñas y jóvenes. La práctica y la reflexión crítica nos ha permitido comprender que el ejercicio y la defensa de los DD. HH, más que el producto de la buena voluntad de los gobiernos y los organismos internacionales, es una conquista de los pueblos lograda a través de luchas sociales , como los procesos de descolonización del tercer mundo, la reivindicación de los derechos civiles de afro americanos, mujeres y trabajadores, y los movimientos anti-belicistas contra las guerras imperialistas. Los derechos humanos no son un discurso neutral, apolítico, universal. Es un discurso que se da en contextos y situaciones determinadas, y por tanto, puede servir para proteger la vida y las libertades, pero también para justificar genocidios.

En el caso de Usme y el sur de Bogotá, las dinámicas del conflicto armado interno, la emergencia del neoparamilitarismo y la guerra por el control de los recursos en la periferia de la ciudad, están directamente relacionados con la violación de los derechos humanos de los jóvenes. Pero estos problemas no se discuten. Resulta más fácil criminalizar, visibilizar a los jóvenes en la agenda pública como un problema que solo puede ser tratado con medios policivos. No es extraño escuchar noticias como esta:

A las 7:20 de la noche, cuatro hombres arribaron al parque situado en la calle 81 sur con carrera 4 B este y se acercaron a los muchachos, a los que les propinaron disparos en la cabeza. Luego, huyeron. José Vicente Azuero, de 23 años; Yesid Álvarez, de 21 y Wálter Nieto, de 21, murieron inmediatamente. Óscar Andrés Villamizar, de 24, resultó herido, pero murió antes de ser atendido. Al explicar la hipótesis de la venganza, el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Gildardo Pico, aseguró que dos de los jóvenes asesinados habían estado en la Modelo por hurto. Incluso, sobre las víctimas, la Policía señaló que "no gozaban de grata recordación en la localidad". [1]

Días después de esta masacre los jóvenes de Usme realizamos una marcha por la vida, en donde también rechazamos este tipo de declaraciones. Pues esas violencias de las que somos víctimas no solo un tema de venganza, o de retaliaciones entre bandas, o de celos, como en el caso de una joven de 17 años que le quito la vida a otra de 15, en el barrio la Marichuela. No, estas problemáticas son más complejas y tienen que ver con la realidad social que vivimos.

Los Hijos del Sur y otros colectivos juveniles han encontrado formas creativas de trabajar temas como los derechos sexuales y reproductivos, pues manifestaciones como la violencia contra la mujer, el embarazo en adolescentes y preadolescentes, la propagación de enfermedades sexuales y la prostitución infantil crecen de la mano de otras problemáticas como el desempleo y la falta de oportunidades.

Entonces ¿Cómo inculcar principios como el respeto a la diferencia, la valoración de las mujeres y el respeto a sus derechos, el ejercicio de una sexualidad responsable, en medio de una sociedad cuyo modelo de desarrollo promueve la competencia brutal, la utilización de la sexualidad femenina como mercancía y una mentalidad profundamente militarista?

No basta con crear secretarias que intenten “incluir” a los “excluidos”. En la práctica cotidiana nos encontramos, por ejemplo, con un joven pandillero, hijo de una madre que sufre violencia familiar, cuyo esposo trabaja en condiciones precarias, y toda la familia resulta ser afro descendiente y desplazada por la violencia. Entonces ¿Qué enfoque asumimos en un caso como este? ¿El del joven sin oportunidades? ¿El de la mujer maltratada? ¿El del trabajador sin derechos laborales? ¿El del afro descendiente desplazado de su territorio? La respuesta institucional, cuando existe, es fragmentada y desarticulada: tenemos una subsecretaria o un proyecto para los jóvenes, otro que se encarga de las mujeres, otro de los afros, otro de los desplazados, y resulta que estamos hablando de una misma familia, de una misma realidad de pobreza y exclusión compartida por todos. Pareciera que en estas localidades los “excluidos” somos más que los “incluidos”.

Entonces, frente a la desunión y la fragmentación social, los Hijos del sur y muchos otros colectivos y grupos de trabajo estamos pensando cómo puede ser una sociedad en donde se de un pleno cumplimiento de todos los derechos humanos para los sujetos individuales y colectivos, las personas y las comunidades, y estamos luchando por construir esa sociedad.



Autor: Juan Carlos Pérez
Director artístico Hijos del Sur.


[1] Publicado en eltiempo.com Sección Bogotá. Fecha de publicación 2 de diciembre de 2009.